NOS VAMOS DE BODA


Es jueves por la mañana y ya cunde el pánico.

No me miréis así. No estoy dramatizando. La boda es el viernes por la tarde y no he tenido tiempo de pensar qué me voy a poner. Es que con las bodas siempre pasa igual. No te puedes esperar al último momento.

Pilar y yo la miramos, nos miramos y nos echamos a reír.

Ya estamos con el "qué me pongo"…

Le digo a María, que arruga la nariz en señal de protesta y se pierde en el almacén en busca de las medias ideales para la ocasión.


Por si nadie se había enterado... ¡se nos va de boda!

Pilar atiende a unas clientas y yo me pierdo por el officce de Plumeti. No voy a buscar medias, sino en busca de la libreta que siempre acompaña a esta humilde plumilla.

Apunto unas cuantas ideas sobre la marcha y, cuando Pilar queda libre, le pido orientación al respecto. Hay que escribir una entrada y el tema no puede ser mejor.

¡Ay! Las bodas… Ya estamos en temporada alta de bodas, aunque la verdad es que la gente se casa durante todo el año, a veces no quedan más fechas libres.

Pero quien dice bodas dice lo que comúnmente se conoce como "BBC" y no es la televisión británica, más nos gustaría.

Bodas, Bautizos y Comuniones.

Durante estos meses de buen tiempo, raro es que no tengamos uno de estos compromisos que, en ocasiones, apetecen lo mismo que una patada en el estómago o un pellizco en el bolsillo.

Sin embargo, hay algunas citas que son de obligada asistencia. Qué le vamos a hacer.


¿CUESTIÓN DE PROTOCOLO?

Va a ser que yes.

Lo cierto es que somos muchas y muchos a los que el dichoso protocolo nos da un poquito por saco.

Vamos a ver, ¿qué es el protocolo? Pues normas, normas, normas y más normas. Un conjunto de reglas de comportamiento, de atuendo... establecidas para determinados momentos.

Y, claro, como no vivimos aislados en una isla desierta, nos toca pasar por el aro.

Ahora bien, hay protocolos muy sencillitos y otros…

Los otros marean que es una pasada.

Sea como sea, una boda es una de esas citas en la que se debe cuidar algún que otro detalle, sobre todo si es “pija” o de postín.

Por ejemplo, no se aconseja que vistamos de blanco, ya que ese color es para la novia. Al fin y al cabo, ella es la máxima protagonista del día.

Una duda bastante habitual es la que tiene que ver con ir de largo o ir de corto. Decir que es indiferente, aunque el largo es más acertado para una celebración de tarde-noche.

En la cabeza, pamela sólo por el día y el tocado tanto para el día como para la noche.

En cuanto a si asistimos a una boda civil o religiosa, hoy en día las normas de etiqueta suelen marcar pocas diferencias entre ellas.

Lo cierto es que la mayoría de las bodas normales y corrientes no exigen demasiado, protocolariamente hablando. Hay bastante libertad, aunque no está de más recordar que…


SIEMPRE MEDIAS

Es lo que recomienda encarecidamente el protocolo, incluso el menos exigente, para todos los casos.

Invierno, primavera, verano, otoño… Da igual en qué estación estemos. Las medias son las invitadas que no pueden faltar al feliz enlace.

Otra cosa es el zapato que las acompañe.



Cerrado, sandalias… Pero siempre con un poco de tacón, aunque sea estilo cuña y no los 15 centímetros de aguja inhumanos, aptos muchas veces sólo para funambulistas o mujeres con una alta resistencia al dolor.

Por favor, recordad que una boda no dura un par de horitas y luego a casa.

No. Luego viene la fiesta y con la fiesta… A ver si no vamos a poder resistir ni un baile.  

Dejando los bailes para la pista... Hay un debate que la etiqueta o protocolo no han podido evitar: la transparencia de las medias. 

Aunque de esta polémica os hablaremos en otra ocasión, porque estamos casi, casi, rozando el verano y en verano lo que toca es…


FINÍSIMAS Y SIN PUNTERA

Casi inapreciables, realzan y mejoran el color de nuestras piernas, tapan varices, venitas, pequeñas cicatrices…

Son las medias de verano. Se caracterizan por ser muy finas y casi transparentes, apenas dan calor y podemos encontrar las que mejor se adapten a nuestro tono de piel.

El NO rotundo sí que va para las de color carne. El otro día vino una clienta a la tienda y preguntó a las chicas Plumeti al respecto.
Ellas muy acertadamente le enseñaron otros modelos con tonalidades neutras, naturales o más acordes con su piel.
¡Toma ya la frase que me ha salido!
No, si al final, esto de las medias y las bodas va a tener su puntito literario
Que sepáis también que esto del protocolo es cuanto menos curioso, porque ¿qué os pensáis que las medias tupidas no se pueden colar en la boda haga o no haga buen tiempo?
Actualmente, la variedad de modelos es tan grande que se pueden adaptar a distintos looks, estilos, eventos…

Eso sí, lo normal es llevarlas por la noche, su efecto es mayor.

Y ahora un momento de silencio, que la música nos informa de que la novia está a punto de llegar hasta el altar.


MEDIAS PARA LA NOVIA

¿Hola?

¿Dónde va una novia sin medias? ¿Dónde quedaría esa tradición tan tradicional de colocar la liga sobre ellas?

La verdad es que hay medias para cada novia. Más que eso, en realidad.

Pantys, medias y también ¡calcetines!

Todo depende del vestido.

Las medias que se usan casi siempre llevan ya incorporadas las ligas o tiras con encajes. Así quedan bien sujetas. También es la opción más veraniega y, además, es…

MUY SEXY!!!!!!!!!!!!

No obstante, para evitar incomodidades innecesarias lo mejor es escoger bien la talla.

Color: Blancas, perla, marfil o natural.

Hay medias para verano de lycra muy fina con un tono más oscuro para que dé la sensación de bronceado.

Otra opción a tener en cuenta son las medias push-up y que sepáis que existen medias con suela antideslizante para que no se resbale el pie dentro del zapato.

Sin olvidar un par de tendencias: calcetines de encaje o medias de novia de ¡ganchillo fino!

Eso sí, como más vale prevenir que coser, un par de medias de recambio o repuesto no vendrían nada mal para tan feliz ocasión. 



Las medias son prendas delicadas y no es plan de ir con una carrera o roto el día de tu boda. Nada raro si tenemos en cuenta el trajín.


A LO ELVIS

Y nada sería tan fácil como pegarse una escapadita a Las Vegas, alquilar un par de trajes a lo Elvis o Marilyn y pasar por el altar al ritmo de…

Love me tender

Vale, vale… No flipo plus, pero que conste que tiene su puntazo eso de casarse a lo Elvis y más tras una noche loca, loca. Total, a la vuelta podemos hacerlo legal, o no.

Para las que no pasen por el altar, pero tengan que asistir a una boda, deciros que no os agobiéis como María esta mañana.

Tampoco pequéis de exceso y vayáis más recargadas que María Antonieta antes de que le cortaran la cabeza u os dé por parecer algo que no sois.

¿Qué os decimos siempre desde Plumeti?

Comodidad, naturalidad y saber qué es lo que más os favorece, lo que va con nosotras.

Seguro que la etiqueta y el protocolo frente a esto no tienen nada que objetar. 


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